Cofradía de la Fruición, La Senda.

Cuando nos sentamos a contemplar nuestra vida, en ambos sentidos. Deberíamos llegar a la misma conclusión, esto es, disfrutar de las cosas simples de la vida. Cuando hablo de ambos sentidos me refiero, a nuestra vida social y nuestra vida subterranea. Ambas, aunque incompatibles entre si, están muy ligadas a la persona que somos.

Si bien, en el mundo Vainilla, se disfruta también de los placeres de la vida, es en esta dimensión, de la cual, voluntariamente nos hicimos parte, donde somos realmente libres en cuerpo y alma.

Libertad, que por cierto, se vincula con el libertinaje, concepto muy utilizado por la sociedad castradora e intolerante, para justificar su rechazo al goce de los placeres de la libertad.

Libre, significa poder expresar nuestras ideas y deseos, ya sea en comunidad o solos. La libertad, no otorga el derecho de transgredir en modo alguno, las libertades individuales de los miembros pertenecientes a nuestra cofradía.

Personalmente, cada vez que declaro mis principios acerca de nuestra Cofradía de la Fruición, debo aclarar el por qué, sostengo que es el Dominante quien tiene el control en la relación A/s, y no como piensan algunos cófrades, incluso sumisas. Que es esta última quien tiene el control, por cuanto es su límite el que delimita la acción del Dominante.

Efectivamente, cuando esto ocurre, es la sumisa quien asume el control. ¿Cual es el camino frente a esta actitud de nuestra sumisa?.

Tenemos dos caminos:

• 
  Uno acceder a las condiciones impuestas por la "Sumisa", con esto nos convertiremos en el AMO Novio.
• Por otro lado, para quienes somos radicales, la alternativa es dar un Ultimátum a la sumisa, quien debe deponer su actitud rebelde y acceder a los deseos de su AMO.

Lo anterior, es tan simple de comprender, como decir que, el AMO desconoce las capacidades de su sumisa y esta ya no confía en el. En defensa, probablemente de los inescrupulosos e inexpertos, se tratará de justificar las excepciones. Sin embargo. La Senda, se construye al andar: con cautela; paciencia; sabiduría y perseverancia.

Mis queridos Cófrades un Saludo,

Baron Dominatoris